Lo primero que debemos tener en cuenta es los elementos que nos gustaría que estuviesen presentes en nuestro dormitorio. No es lo mismo realizar una configuración pensando únicamente en cama y algún auxiliar tipo cómoda, xinfonier, escritorio, etc, que hacerlo teniendo en cuenta la presencia de un armario.

De entre todos los elementos que deseemos introducir en nuestra composición el único que es de medida única es la cama. Tendremos primero que pensar en la medida del colchón que queremos poner. Recomendamos 150 de ancho x 190 de largo, 135 de ancho x 190 de largo ya que suelen ser las medidas mas estandarizadas para todos los fabricantes de dormitorios y también para los de sistemas de descanso. Medidas para el largo como 180 o 200 nos va a encarecer muchas veces innecesariamente el precio tanto de la cama como posteriormente en la compra del sistema de descanso (colchón, somier, canapé,…) y de la ropa para vestirla: sábanas, nórdicos,….

Así mismo medidas para el ancho de 140 o 160  que son una ruina para nuestro bolsillo, ya que son medidas importadas de otros países que las suelen vender grandes superficies dedicadas al interiorismo y la decoración y que nos obligan a comprar el resto elementos en estos mismos centros (colchones, almohadas, somieres, sábanas, nórdicos), ya que cualquier primera marca española dedicada al descanso nos cobrará un incremento notorio en relación a los estandarizados 135-150 de ancho.

Una vez que tenemos claro la medida de nuestra cama analizaremos donde la posicionaremos teniendo en cuenta, si vamos a poner un armario, que este no quede bloqueado al colocar la cama. Cabe resaltar, que si bien la cama tiene una medida de ancho fija (insistimos en la recomendación 150 o 135),  a esta medida tendremos que sumarle algunos centímetros extras si vamos a colocar algún elemento de adorno tipo aro o bañera, canapé, tatami, etc.  En infinidad de ocasiones es la habitación la que nos ordena cual es el tipo de estructura que nos va a quedar mejor. Por ejemplo, si vamos justos de medida optaremos por no poner ningún elemento que nos ocupe espacio y una buena opción será poner una base tapizada que ocupa el mismo espacio que el colchón; mientras si vamos sobrados de espacio podemos decidir colocar una bañera  con gruesos más amplios. (En próximos artículos profundizaremos con ejemplos gráficos en este paso).

Otro punto a tener en cuenta es el cabezal y las mesitas. Indistintamente de la estructura que elijamos para nuestra cama: aro o bañera, canapé, tatamí, base tapizada, somier,… Con el cabezal tendremos más flexibilidad ya que normalmente todos los fabricantes de dormitorios nos ofrecen un amplio surtido de modelos y medidas para adaptarlas a nuestro espacio y gusto. Por lo tanto, únicamente tendríamos que tener en cuenta la profundidad del cabezal en el caso de que el espacio que nos queda a los pies de la cama no sea muy grande, y nos decantaríamos por modelos con poco fondo. Con las mesitas de noche pasa tres cuartos de lo mismo. Podremos elegir entre distintos modelos y medidas para adaptarlas a nuestra habitación. Si tenemos espacio podremos jugar con opciones de varios módulos anidados y si vamos corto de sitio optaremos por módulos únicos.

Una vez posicionada la cama tendiendo en cuenta dejar espacio para la ubicación del armario, pasaríamos a analizar que tipo de armario nos queda mejor en el hueco que le hemos dejado. Existen distintas opciones de armario en el mercado: puertas bisagras o normales, correderas, rinconeros, terminales, … Será cuestión de analizar el espacio que queremos cubrir y determinar que tipo de opción lo cubre mejor. Para saber más acerca de la elección de tipo de armario podéis echar un vistazo a la sección armarios

Una vez ya tenemos establecido donde pondremos el armario y la cama, analizaremos el espacio libre que nos queda para poder poner los distintos elementos auxiliares que nos terminarán de vestir nuestra habitación de matrimonio: cómoda, xinfonier, escritorio, espejo, galán, percha, etc.

Fuente: www.decoromicasa.com

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