1. Colores: En decoración la luz es primordial y debe fluir y estar presente en cualquier estancia. Por este motivo, a la hora de usar colores fuertes y oscuros debemos tener mucha precaución para no acabar con la luminosidad de la estancia.

2. Necesidad. Las prisas nunca son buenas consejeras y en decoración mucho menos. A veces tenemos la obsesión de comprar todo de forma precipitada para ver la casa terminada. Mucha veces es mejor detenernos, estudiar que necesitamos en cada rincón, qué tamaño deben tener los muebles…. Sólo así conseguimos entornos cálidos y cuidados.

3. Regla del menos es más.   Aunque nos guste la decoración clásica la clave «menos es más» siempre es una máxima a tener en cuenta. A veces un solo cuadro en una pared gana protagonismo y da mejor efecto que una complicada composición de cuadros, fotos, murales…

4. Mezcla de estilos. No ceñirnos a un único estilo. Aunque nos parezca mentira en la mezcla puede estar la clave que nos haga tener una decoración personal y única. Por ejemplo, las sillas de diseño pueden quedar perfectas con una mesa colonial o un sofá clásico puede ser el idóneo para un salón minimalista.

Crear contrastes y mezclar estilos decorativos en su justa medida siempre es un acierto.

5. Comodidad: Una casa debe ser vivida, por ello debemos pensar en la comodidad y en muebles prácticos para nosotros. Por ejemplo, si nos gusta cenar en el sofá será perfecto una mesa de centro elevable, mientras que si somos muchos en la familia necesitaremos un gran comedor.
En este punto los muebles versátiles y prácticos se harán indispensables, sobre todo, si no contamos con muchos metros cuadrados.

Fuente: soymanitas

Imagen: mueblesamets