Incluimos algunos consejos para ganar amplitud en el salón.

En primer lugar, aprovechar la arquitectura de la casa, como ventanas, columnas, etc… Se les puede sacar partido con muebles a medida y a baja altura. Colores suaves y naturales como los blancos son los más adecuados para agrandar un salón, ya que refleja la luz.

Para la distribución de los muebles, quédate con los imprescindibles. Así al reducir los elementos, se consigue un espacio más despejado y amplio. Es importante también tener muebles para almacenar objetos. “Un salón organizado tiene más amplitud que uno desordenado”. Librerías o muebles bajos  ayudan a mantenerlo despejado.

Se puede optar también por la utilización de piezas versátiles, que permiten multitud de configuraciones en pocos metros, o por combinar piezas distintas que tengan “doble personalidad”.

Para la mesa de centro, lo ideal son diseños ligeros y con un plus práctico como un sobre extensible o a modo de bandeja, o con una balda inferior que complementa el almacenaje y minimiza la presencia de más elementos.

Elegir tapicerías que, por su color y textura, reflejen la luz. Optar por colores claros y tejidos lisos, y en las ventanas telas semitransparentes y vaporosas como algodón, hilo o gasa.

Por último, 
cuando ya no es posible estirar más los metros, recurrir a un espejo en el salón es un buen recurso para modificar la percepción del espacio. Su efecto tiene la capacidad de ensanchar un espacio estrecho o alargar uno bajo.

Fuente: elmueble.com